Los mitos y las utopas del Viejo Mundo, de hondas races clsicas, se adaptaron a los nuevos territorios ultramarinos. Acompaaron a Coln y sus hombres, quienes buscaron en las pequeas y grandes islas del mar Caribe las maravillas y los seres prodigiosos que formaban parte de la cultura occidental gracias a la tradicin oral, la lectura y los dibujos atrapados en las cartas de navegacin y en los mrgenes de los mapas. Tambin debemos al genovs de la capa rada el nuevo horizonte a explorar, pues indic al final de sus das que Tarsis, lugar de resonancias bblicas de donde se extraa oro, plata y piedras preciosas, se encontraba en Tierra Firme y no en las islas ya descubiertas en el ocano. Una Tierra Firme que se extenda de forma continua desde Yucatn al Brasil, interrumpida tan solo por las desembocaduras de grandes ros que se convirtieron en caminos de entrada al inmenso territorio que pronto llam la atencin de funcionarios y aventureros, inversores y religiosos, dispuestos a perder vida y ahorros para ganar fama y poder. Con esta obra, que cierra su triloga Mitos y utopas del Descubrimiento, Juan Gil cosi los mitos antillanos (colombinos) y los desplazados hasta la Mar del Sur con los surgidos en el continente americano, abarcando la totalidad del territorio ocupado por el imperio hispnico durante la Edad Moderna. Es fruto de un exhaustivo trabajo de documentacin, examinando cientos de legajos del Archivo General de Indias (Sevilla), y el anlisis de numerosas colecciones documentales recopiladas y editadas en varios pases iberoamericanos, a lo que hay que aadir el estudio de docenas de crnicas y relaciones desde el siglo XVI a principios del XIX, y el examen de numerosas contribuciones ya existentes sobre el mito del Dorado que Juan Gil utiliza con rigor pero con absoluta libertad de interpretacin. |