Hablar de Abraham no es el simple recuento de un personaje de la antigüedad, famoso como fue Abraham, que la Biblia presenta como el padre de un pueblo, esto es, de los hebreos. Porque si esto es verdad, en el sentido que no puede ser cuestionado, en función a lo que Biblia sostiene, es también verdadero que, Abraham, no es sólo reconocido como el padre de los hebreos, sino también es el padre de la fe, debido a que el Nuevo Testamento lo reconoce como tal.El propósito de nuestra intervención, no consiste solamente en hablar de ello, sino principalmente resaltar las características que, Abraham tenía desde el punto de vista de la fe, lo han hecho famoso, no sólo entre los hebreos, sino también en medio del cristianismo.En efecto, cuando el cristianismo habla de Abraham y lo señala como ejemplo de fe, lo hace principalmente sobre la base de las características que ha demostrado en el creen en Dios y en el tener fe en Él, en todo aquello que Dios Le decía y las promesas que Le daba. Estos son los elementos esenciales que este hombre de la antigüedad demostró en sus tiempos, que lo han vuelto famoso en este sector de la vida que, el cristianismo, no duda en definir de carácter cristiano, valorada sobre todo desde el mismo testimonio que el mismo Jesús dio, cuando hablando de él, señalándolo como ejemplo y modelo a los religiosos judíos que lo contradecían continuamente.Los sucesos que tenemos de Abraham en las Escrituras son tantas, ya sea en los escritos del Antiguo Testamento como también en aquellas del Nuevo Testamento, distribuidas así: 69 veces llamado Abram (Antiguo Testamento) y 258 veces llamado Abraham. Sólo en el libro del Génesis, el nombre de Abraham se repite 138 veces. En el Nuevo Testamento, el nombre de Abraham se lee 79 veces, para un total completo entre Antiguo Testamento y Nuevo Testamento de 327 veces.