Como el hroe troyano Eneas, Lario Turmo, el etrusco, sabe que los dioses lo favorecen. Est predestinado a superar las mil y una pruebas que Afrodita pondr en su largo peregrinar por Asia Menor hasta llegar a Sicilia y, finalmente, a Etruria, la tierra de sus antepasados. Las guerras contra el poder de Roma, as como las intrigas y los celos, afligen su existencia, pero al mismo tiempo le dan la fuerza necesaria para reconocerse como un escogido de los dioses. Tal vez desde Homero nadie lograba convertir el viaje en una aventura narrativa tan fascinante como Mika Waltari en El Etrusco. |