Este precioso librito que el lector tiene en sus manos es una narración hecha por muchas plumas no profesionales que, para nuestra sorpresa, fluye maravillosamente y vuela en alas de la más potente imaginación hasta conformar una novelita de altos vuelos poéticos e imaginativos. Y coadyuvando ese pequeño prodigio del lenguaje (prodigio incluso en su vulneración casual de reglas de puntuación y sintaxis), una galería de dibujos que nos recuerdan a veces los de El Principito de Saint Exupéry y otras las de la potente escuela decimonónica de ilustradores de cuentos. |