Asumir una adecuada prctica sinodal representa un desafo crucial, una oportunidad que la Iglesia de hoy no puede pasar por alto si desea mantenerse fiel de forma creativa al magisterio del Concilio Vaticano II y a la reforma impulsada por el papa Francisco, quien ha afirmado que el vocablo snodo expresa quin es y cmo vive y acta la Iglesia: la sinodalidad, cuando es entendida y ejercida acertadamente, expresa y actuali-za en la historia la naturaleza y la misin ms genuina de la Iglesia de Cristo. La sinodalidad se ha ido afianzando progresivamente en la recepcin de la eclesiologa del Vaticano II gracias a que se ha puesto el nfasis en la imagen del pueblo de Dios y en la comunin. Todos los bautizados, con la diversidad concurrente de sus respectivos carismas y ministerios, tienen la misma dignidad. Ahora la meta consiste en labrar una comunidad eclesial robusta y adecuada para la misin. Esto conlleva la conversin del corazn y la formacin de todos los miembros del pueblo de Dios para que ejerzan con arrojo y responsabilidad su participacin madura en la mi-sin de la Iglesia, haciendo del discernimiento comunitario la principal va de servicio al Reino de Dios. |